Antes de dormir, programé mi reloj inteligente para que, una hora antes de que sonara la alarma, me sumergiera en un sueño ambientado en un país africano que visité hace años. Hoy, ese lugar está marcado por un conflicto silencioso e invisible desde aquí, y regresar es imposible.

Esa hora de ensoñación fue cortesía de Travelling Dreams, una de las empresas pioneras en el desarrollo de software capaz de inducir sueños personalizados en cerebros mapeados durante el sueño. La versión premium, sin anuncios, es prohibitivamente cara, así que me resigno a los cortes publicitarios. Aun así, la posibilidad de elegir el contenido de mis sueños compensa la molestia. Eso sí, conviene no excederse: una hora por noche es suficiente. De lo contrario, uno despierta más agotado que al acostarse.

Recordé este argumento, que me gustaría explorar en un relato, mientras escuchaba a Ana Penyas, Premio Nacional del Cómic, conversando con Antonio Collados en la Librería Picasso durante la presentación de ‘En vela’, su último y excepcional cómic publicado por Salamandra Graphic, que recomiendo sin reservas.

En su obra, Penyas menciona la teoría de los dos sueños, una costumbre común antes de la llegada de la luz eléctrica. Al caer la noche, las personas experimentaban un primer sueño, seguido de un despertar a mitad de la noche para realizar tareas domésticas, rezar, contar historias o disfrutar de la intimidad, antes de entregarse a un segundo sueño hasta el amanecer.

Cada vez me sucede más: despertarme en mitad de la noche y aprovechar para leer un buen rato. Es en ese segundo bloque de sueño donde surgen los sueños más vívidos, intensos y sorprendentes, sin necesidad de pagar por ellos, al menos por ahora. Termino con una reflexión sencilla pero crucial: la falta de sueño mata los sueños.