Los procesadores de última generación permiten analizar, resumir, organizar y visualizar grandes volúmenes de datos con una velocidad y precisión sin precedentes. Además, facilitan la creación de simulaciones complejas, la interpretación avanzada de imágenes y la automatización de tareas repetitivas, optimizando así los flujos de trabajo.

La inteligencia artificial generativa, una rama innovadora de la IA, se especializa en la creación de nuevos contenidos —ya sean textos, imágenes o sonidos— a partir de patrones aprendidos tras analizar extensos conjuntos de datos. En el ámbito de la investigación, sus aplicaciones son revolucionarias: permite procesar y sintetizar rápidamente literatura científica, generar modelos predictivos y simulaciones, clasificar e interpretar imágenes con alto grado de detalle y automatizar procesos tediosos, liberando a los investigadores para que se concentren en tareas de mayor valor añadido.