
Inteligencia Artificial (IA)
25 oct 2025
¿La inteligencia artificial amenaza tu empleo? Análisis en XL Semanal
Descubre cómo la inteligencia artificial y los robots están transformando el trabajo en Amazon y otras grandes empresas, reemplazando empleos tradicionales y creando nuevos desafíos y oportunidades laborales. Analizamos el impacto de la IA en la economía, los riesgos de automatización y el futuro del empleo en la era digital.

A las 9:30 de la mañana, el centro logístico SHV1 de Amazon en Luisiana parece desierto. Sin embargo, la actividad es frenética: Robin levanta cajas, Cardinal manipula cientos de paquetes por hora, Sequoia y Sparrow clasifican y organizan productos, y Proteus transporta mercancía de forma autónoma. Si un robot se cruza con un humano, frena, enciende sus ojos LED y toca la bocina antes de esquivarlo. SHV1 es el almacén más avanzado de Amazon, que ya opera la mayor flota de robots del mundo: más de un millón de máquinas, muchas con inteligencia artificial, que trabajan de manera autónoma y coordinada por IA.
La inteligencia artificial está presente en casi todos los ámbitos de Amazon, según su CEO Andy Jassy. La compañía utiliza más de mil sistemas automatizados de IA, y la tendencia es creciente. Jassy predice que la plantilla se reducirá en los próximos años, pero ve en ello una oportunidad para que los empleados se adapten y evolucionen hacia nuevas funciones.
La automatización y la IA están transformando el trabajo a una escala inédita. Los agentes de IA ya programan software, gestionan fábricas, diseñan piezas y negocian precios sin intervención humana. En Albania, incluso un chatbot, Diella, participa en la adjudicación de contratos públicos para combatir la corrupción. El FMI estima que el 40% de los empleos globales están en riesgo de ser automatizados, y McKinsey prevé que para 2030, un tercio de las horas de trabajo podrían ser realizadas por IA.
La revolución de los agentes de IA va más allá de la automatización tradicional. Emily Glassberg Sands, directora de IA en Stripe, explica que la IA clásica, basada en patrones, está siendo superada por agentes capaces de tomar decisiones y actuar por sí mismos. En Stripe, estos agentes ya gestionan reclamaciones de pagos, logrando mejores resultados y ahorrando millones de dólares. Sands anticipa un futuro con dos internets: uno para humanos y otro donde solo interactúan agentes de IA, capaces de gestionar compras y tareas cotidianas de forma autónoma.
La investigación también avanza a pasos agigantados. En Stanford, un equipo de agentes de IA colaboró virtualmente para buscar tratamientos contra nuevas variantes del coronavirus, generando en días decenas de posibles soluciones, algunas ya en estudio por científicos humanos. Este tipo de colaboración marca un cambio de paradigma en la investigación y el desarrollo.
Las empresas ven en la IA autónoma una oportunidad para aumentar la rentabilidad. Ford y JP Morgan Chase ya planean reducir significativamente sus plantillas administrativas. Dario Amodei, CEO de Anthropic, advierte que Estados Unidos podría enfrentar un desempleo del 10 al 20% en cinco años debido a la desaparición de empleos de nivel inicial. Elon Musk va más allá y predice el “fin del trabajo remunerado”, donde trabajar será opcional.
Sin embargo, la inversión masiva en IA —más de 110.000 millones de dólares en 2024 solo en EE. UU.— solo se justifica si se traduce en una reducción radical de costes, principalmente mediante recortes de personal. Aun así, no todo puede o debe automatizarse: en Amazon, los humanos siguen siendo más eficientes en tareas que requieren adaptabilidad y contexto, como el empaquetado o la limpieza doméstica.
La IA también está llegando a sectores tradicionalmente poco automatizados. La start-up alemana Plancraft ha creado un agente de IA para pintores y fontaneros que automatiza presupuestos y gestiones administrativas, ahorrando hasta un día de trabajo semanal.
Pero la realidad es compleja. GitHub, la plataforma de desarrollo de software, ha visto cómo la IA genera ya dos tercios del código, reduciendo drásticamente la demanda de programadores júnior. Aunque surgen nuevas oportunidades para emprendedores y especialistas, la consolidación del sector y la automatización amenazan a quienes no se adapten.
Expertos recomiendan flexibilidad y actualización constante. Los empleos más vulnerables son los de menor cualificación y los de entrada. Estudios recientes muestran que, tras la llegada de ChatGPT, las perspectivas laborales para los jóvenes han empeorado, especialmente en programación y atención al cliente. Sin embargo, en países con mayor protección laboral, como Dinamarca, la IA se utiliza más como herramienta de apoyo que como sustituto, y su impacto es menos disruptivo.
A pesar de las promesas de Silicon Valley, la superinteligencia artificial aún está lejos. El economista Daron Acemoglu advierte sobre la “automatización mediocre”: sistemas de IA que reemplazan trabajadores sin mejorar realmente la productividad, concentrando los beneficios en unos pocos y empeorando las condiciones para la mayoría.
El futuro de la IA está en juego: puede ser un motor de prosperidad compartida o una nueva vía para concentrar el poder y la riqueza. La clave estará en cómo empresas, gobiernos y trabajadores gestionen esta transición.






